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El nuevo iPhone podría afectar a los operadores telefónicos con la extinción de las tarjetas SIM

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Cada nuevo iPhone suele ser una buena noticia para los operadores de redes móviles. El último dispositivo de Apple Inc. siempre viene con actualizaciones que facilitan la reproducción de juegos, películas y descargas de datos. Más datos, claro, significan facturas telefónicas más abultadas.

Sin embargo, cabe la posibilidad de que la llegada, este 12 de septiembre, de la próxima generación de iPhones no sea tan bienvenida. Eso se debe a que Apple podría presentar las denominadas ‘tarjetas sim electrónicas’, o eSIM. Incluso si ello no sucede esta vez, el cambio a la nueva tecnología parece inevitable.

Las especulaciones sobre las eSIM están presentes desde que Apple se quejó ante el Departamento de Justicia de que Verizon Communications Inc. y AT&T Inc. confabulaban para evitar su presentación. El departamento está actualmente investigando el tema.

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La tarjeta SIM clásica es un pequeño chip que se inserta en el teléfono manualmente, lo cual dificulta la posibilidad de cambiar de proveedor de red móvil. El usuario debe ir a una tienda para obtener una nueva tarjeta SIM, o pedir que se le envíe una físicamente. La eSIM es virtual, por lo tanto simplemente cambiar la configuración del teléfono permitiría, teóricamente, cambiar de proveedor.

Es casi seguro que ello aceleraría la competencia de precios. Cada vez que se facilita saltar de un operador a otro, los consumidores aprovechan y buscan mejores ofertas.

El churn, término empleado en la industria para definir las pérdidas de clientes, alcanza niveles máximos. Eso es lo que sucedió, por ejemplo, cuando España introdujo normas para reducir el tiempo que llevaba cambiar de operadores de red a menos de 24 horas.

El fabricante de chips europeo STMicroelectronics NV insinuó fuertemente las eSIM en una jornada de inversores, el pasado mayo, diciendo que esperaba desplegar su propio dispositivo en un importante teléfono inteligente para el mercado masivo antes de fin de año.

A mediados de septiembre, se revelará si la compañía hablaba del nuevo iPhone, pero es difícil ver cómo los operadores de telefonía móvil podrían resistir dicha tecnología por mucho tiempo dada su utilidad para los consumidores. Apple ciertamente lo defenderá de esa manera. La empresa ya la usa en algunos iPad, y STMicro proporciona una eSIM para el Apple Watch.

Sin embargo, la compañía con sede en Cupertino no puede descartar por completo las preocupaciones de los grandes operadores telefónicos. Después de todo, gastan enormes sumas en publicitar el iPhone y venderlo en sus tiendas. Pero el gigante de California está dispuesto a ejercer su influencia, como lo demuestra la denuncia ante el Departamento de Justicia.

Aunque la eSIM podría reducir algunos costos logísticos para operadores como Verizon y AT&T, a largo plazo será más difícil diferenciar entre proveedores de red. Tal como señaló el consultor de telecomunicaciones Bengt Nordstrom, de Northstream, “desde la perspectiva del cliente, si uno le pregunta qué servicio está usando, dirá que es usuario de iPhone o Samsung, no del operador”.

Puede que tenga sentido para Apple y otros fabricantes de teléfonos mantener el puerto para SIM clásico junto con un eSIM en el corto plazo. Ello daría tiempo a los operadores para adaptarse, a la vez que les haría más difícil presentar objeciones.

Pero el peligro para los operadores es que el cambio a tarjetas eSIM los pondría aún más en vías de convertirse en poco más que un servicio público. Las acciones de telecomunicaciones ya son las de peor desempeño en el índice de referencia europeo Stoxx 600 este 2018.

Hay muy pocas personas que al día de hoy no cuentan con un teléfono inteligente, lo cual significa que la batalla es cada vez más por la participación en el mercado, y no por ganar nuevos usuarios.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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